Historia La primitiva organización eclesiástica de la provincia de Guipúzcoa vino marcada por la distribución de una población dispersa en un terreno accidentado. Este esponjamiento en un amplio territorio de pequeños núcleos de población facilitó la proliferación de ermitas, iglesias y otros puntos de devoción que permitieron el pastoreo entre los fieles. Por otra parte, su condición de tierra fronteriza entre el reino de Asturias —vinculado con Castilla— y el de Navarra —relacionado con los francos— determinó que estuviera durante mucho tiempo expuesta a factores básicamente políticos.