Vida y obra Su nombre hace alusión a su origen godo; se le llamó así, Ibn al-Qutiyya (’hijo de la goda’), porque su tatarabuela era Sara, nieta de Witiza (702-710). Tras estudiar en Sevilla, donde residía su familia, se estableció en su ciudad natal, donde se especializó en filología, aunque también cultivó la jurisprudencia y la “ciencia de las tradiciones”. Hombre religioso y extremadamente humilde, alcanzó gran prestigio en su tiempo como lexicógrafo y no careció de dotes poéticas. Se instaló en Córdoba, ciudad de la que fue cadí, y durante su largo magisterio pudo contar con ilustres discípulos, como Ibn Halikan o Ibn al-Faradi, su principal biógrafo, quien le atribuye varios textos sobre gramática.