El capitán Lersundi durante la represión de la intentona revolucionaria llevada a cabo en Madrid, 7-V-1848. Grabado, s. XIX. (Biblioteca Nacional, Madrid). Las revoluciones de 1848 cierran los ciclos revolucionarios europeos de 1820 y 1830, de transición del Antiguo Régimen al sistema liberal-burgués. Nunca antes se estuvo más cerca de la revolución mundial: lo que en 1789 había sido el alzamiento de una nación (v. Revolución Francesa), era ahora, al parecer, de todo un continente; de ahí que este nuevo ciclo revolucionario llegara a ser concebido como una etapa portadora de esperanzas, como la “primavera de los pueblos”. Precedida de una crisis económica agraria, industrial, comercial y financiera (1846-1847), que incrementó la conflictividad social, la Revolución de 1848 se extendió con suma rapidez por numerosos países: Francia, Italia, casi toda la Europa central y los territorios eslavos hasta la frontera rusa. La insurrección obrera parisina en favor del...