Vida y obra Wallada contaba alrededor de quince años de edad el verano de 1025, cuando tuvo lugar la trágica muerte de su padre. En cuanto a su madre, una esclava cristiana de origen europeo, no solo influyó en el aspecto físico de la joven (tez blanca, ojos azules y cabello rubio; es decir, el ideal de belleza en la época de los omeyas), sino también en su refinada cultura, independencia y libertad de costumbres. Así, es sabido que Wallada se paseaba sin el preceptivo velo y frecuentaba el trato con los hombres, lo que la llevó a convertirse pronto en una de las figuras más influyentes de la alta sociedad cordobesa. Incluso llego a abrir el primer salón literario en la ciudad, donde acogió a lo más granado de la política y el mundo intelectual.